dimarts, 30 de desembre del 2008

WIFI Letal

Últimamente se ha puesto tan de moda la implantación de la tecnología WIFI que no podían tardar en aparecer las premoniciones apocalípticas, más aún con la decepción que ha supuesto para los apocalípticos la puesta en marcha del megaimán ese del CERN. También aparecieron a patadas cuando se inventó el televisor. Y razón no les faltaba, menudo invento!

En este artículo leía una crítica a la instalación de redes WIFI en el centro de Bilbao del que os transcribo unas líneas:

"El WiFi ha venido a agravar la situación instalándose en nuestros centros culturales, bibliotecas e incluso plazas públicas. Las personas electrohipersensibles están ya sintiendo dolores de cabeza con breves estancias en esos “hot-spots”- nunca mejor dicho “puntos calientes”, porque la sensación es de quemazón en el cerebro-. Por otra parte, quienes no notan esas sensaciones o dolor no están a salvo de sus efectos, sólo sabrán qué fueron cobayas humanas cuando las afecciones que empiezan como dolores de cabeza, insomnio, hipertensión, pérdida de memoria, desarreglos hormonales, hiperactividad, cansancio atípico, dermatitis, etc. vayan con el tiempo dando paso a gliomas cerebrales y cánceres de todo tipo en distintos órganos, ictus cerebrales y cardiacos, alzheimer, parkinson, epilepsia, etc. , insomnio, hipertensión, etc. Para entonces ya estará clara la relación entre radiaciones de microondas y afecciones a la salud, pero para muchos ya será demasiado tarde."

¿Se puede ser más alarmista? Bueno, sí, si eres del PP y quieres convencer a to cristo de que se va a romper España. Todo esto ha cogido mayor difusión desde la emisión en el Reino Unido de un documental sensacionalista denunciando estas cuestiones. La comunidad científica se ha apresurado a desmentirlo, alegando que las emisiones producidas por las antenas de telefonía móvil son mucho más potentes. Dicen que una persona pegada al móvil durante veinte minutos recibe mayores dosis de radiación en su cerebro que otra al lado de su emisor WIFI durante un año (a veces parece que se les vaya la olla con estas comparaciones exageradas).

Total, que no sabemos qué puede pasar ni lo sabremos durante décadas, lo cual sirve a unos para decir que no se puede condenar algo de lo que no tienes pruebas y a otros que se debe prohibir pero ya. Siempre nos quedará a muchos observar a esos individuos que viven pegados al móvil, que consideran normal pagar 30 eurazos al mes sólo por la factura de teléfono móvil, pues serán los primeros en mostrarnos esas presuntas consecuencias nocivas para nuestra salud.

Pues claro, hombre, somos cobayas de la ciencia, ¿cómo si no íbamos a avanzar tecnológicamente tan rápido? A ver, o una cosa o la otra. O avanzamos vertiginosamente en tecnología, o evaluamos escrupulosamente las consecuencias a largo plazo de cada nuevo avance tecnológico. Las dos cosas a la vez: incompatibles.

Que si me dices que la señal de radiofrecuencia de un móvil afecta a las micropuertas de entrada de iones de Calcio en las paredes celulares de las neuronas, creando ondas de polarización aleatorias y desordenando nuestro sistema nervioso... pues hombre, claro, dicho así suena fatal, joder, pero muy mal. Primero que me expliquen qué es eso y luego que me lo demuestren. Venga, hombre, tanto alarmismo gratuíto... aunque ahora que lo dices, de un tiempo a esta parte sí es verdad que he notado por ahí a una cantidad anormalmente alta de homínidos con dosis de GILIPOLLEZ más elevadas de lo habitual... ¿tendrá algo que ver con el desorden del sistema nervioso?.... no, yo creo que es más por las fiestas de navidad... o casualidad, supongo que será casualidad.

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